viernes, 24 de junio de 2011

San Juan


Bien cierto es que no se ve nada en esta foto, como excusa diré está sacada desde la parte alta del puerto y a las once y pico de la noche, y con un móvil, que es lo único que llevaba encima. No avisé en este blog ya que no tenía ni idea de que fuésemos a tener hoguera, es más, yo estuve en la de Itxas Argia, donde al llegar descubrimos que no había hoguera, solo dantzak, sardinas y chocolate con churros, que no es poco (mil gracias a 'Itxas Argia Dantza Taldea' por alegrar la tarde-noche), aunque al final unos niños de unos diez años hicieron una con libros de texto y cajas de fruta y aquellos se animó aún más.

Al volver a casa hice una escapada al mirador y vi esta hoguera, había una más de menor tamaño, lo que no había es gente alrededor, si que estaban muy animados los bares, pero poco la hoguera.

Para el que desconozca decir que estas hogueras están importadas del norte de Europa y las hacían en el solsticio de verano, el 21 de junio, para dar más fuerza al sol y así alargar aún más el día, aquí, por motivos religiosos se trasladó tres días después, al día de San Juan.

1 comentario:

Josu Larrañaga dijo...

El solsticio de verano se celebra desde fechas remotas entre nosotros. Los elementos principales son: el fuego (purificador, representación del sol...), el agua (purificadora) y los vegetales (ramos de San Juan, la fuerza especial que adquieren la noche de San Juan...). Entre nosotros los mayores recuerdan que la mañana de San Juan solían ir temprano al monte ver bailar al sol. El rocío de la mañana de San Juan tenía propiedades especiales (curativas, purificadoras...). Hay fuentes en las que el agua de la mañana de San Juan es "especial". tengo oído a una señora mayor de Algorta que de niña su madre solía llevarla junto a sus hermanos a bañarse al mar, a primerísima hora de la mañana. Los baserritarras encendían fuego y con antorchas recorrían los límites de sus heredades para proteger la cosecha (de plagas y cualquier otro mal). Saltar sobre el fuego purificaba y protegía de enfermedades. En los dinteles de las casas de colocaba un ramo (aun perdura esta tradición en muchos de nuestros caseríos) compuesto por una rama de fresno (de espino blanco en otras zonas) y diversas especies silvestres y cultivadas. [...]